Cómo es ser un murciélago?

 Cómo es ser un murciélago 




Muchas personas, motivados por el pensamiento orienta,  asocian a la filosofía con preguntas como ćmo sería ser un río o un bambú en medio del bosque. En la filosofía occidental estas preguntas más bien son absurdas Las preguntas significativas serían diferentes, por ejemplo, ¿cómo sería ser un murciélago? 





¿Cómo es ser un murciélago? Esta es una pregunta epónima sobre si puede darse una explicación científica del aspecto subjetivo de la consciencia. También el título del artículo de Thomas Nagel, publicado en 1974 en uno de los jouarnals más acreditados de filosofía académica. En el artículo Nagel se opone a la corriente más defendida en filosofía de la mente: el fisicalismo. El fisicalismo asume que el pensamiento, las creencias, los deseos -y cualquier otra cosa en el universo - es algo físico, y que los humanos somos más o menos una especie de reloj sofisticado. El fisicalismo viene en diferentes sabores (Searle), y el factor común es que todas sostienen que la consciencia puede reducirse a otra cosa (Dennett, Davidson, Ryle). En algún momento se pensó que se reducían a la conducta, y hoy más bien se piensa que al sistema nervioso o a funciones computacionales.  Nagel defiende que ninguna de estas caracterizaciones agota el análisis de la consciencia, lo que sugiere que estamos a una enorme distancia intelectual de poder entenderla en términos científicos -!si es que podemos! Por eso a este problema se le llama el problema difícil de la consciencia (David Chalmers). Por algún motivo esta conclusión ha entusiasmado a algunos. Pero es importante señalar que Nagel no está diciendo que la mente es espiritual o qué esté fabricada de ectoplasma o alguna  sustancia esotérica: simplemente está diciendo que no es susceptible a ser estudiada por la ciencia. 


¿Cómo es ser un murciélago? Suena extraño, pero la pregunta parece tener sentido. Es diferente a preguntarse cómo sería ser un río o un bambú. Preguntarse como sería ser un río o un bambú es algo absurdo porque no tienen ningún tipo de experiencia. No hay algo que cuente como ser un río o un bambú. Son indiferentes a su ambiente de un modo en que los seres vivos jamás podremos serlo, por más que lo aspiremos o que sea representado en algunos mitos. Pero preguntarse cómo sería ser un murciélago, un marciano o una araña sí tiene sentido, y puede ameritar una respuesta filosófica seria. Podemos intentar imaginarnos cómo sería ser ese tipo de criaturas apelando a lo que sabemos o imaginamos sobre ellos. 

 

Los murciélagos son ciegos, pero utilizan la ecolocalización para percibir el mundo.  Los sonares nos dan una idea vaga de cómo es percibir de ese modo. Incluso algunos INVIDENTES de nacimiento pueden navegar utilizando ecolocalización. Estas personas truenan la lengua y logran sentir las ondas sonoras que rebotan contra los objetos, dándoles una idea de sus dimensiones, formas, texturas y densidad (buscar video). Incluso pueden andar en bicicleta y saber si un árbol tiene ramas o no (buscar video).  Entonces, ¿estas personas podrían ayudarnos a saber cómo es ser un murciélago?


Parece que no. Todavía tendríamos que saber cómo sería tener alas, dormir de cabeza, y otras características particulares de los murciélagos. Pero el punto de Nagel es que aunque supiéramos todo eso, y si incluso supiéramos la ubicación de todas sus neuronas sensoriales unipolares, bipolares multipolares, o si  tuviéramos un conocimiento completo la función de las sinopsis realizadas en su cerebro, aún así no podríamos saber qué es ser un murciélago. Esto porque conocer la experiencia del murciélago no es conocer los datos objetivos de su sistema nervioso o cuerpo, sino saber qué es ser un murciélago es saber qué es, para un murciélago, ser un murciélago.


Entonces, ¿Podríamos imaginar como es para un murciélago, ser un murciélago?  En algún sentido  sí pero en otro sentido más importante no. Para hacerlo tendríamos que ponernos en su punto de vista particular.  Ponerse en el punto de vista de otra  criatura es ocupar literalmente  en el lugar en el espacio de esa  otra persona, por ejemplo, empujándolo. Pero es obvio que esta manera de ocupar su punto de vista el no equivale a percibir el mundo como esa criatura. Por ejemplo, aunque te pongas en el lugar espacial de una persona y te pongas de puntas si esa persona es alta, no vas a ver las cosas desde su perspectiva, porque esa persona conocerá cosas acerca del mundo que tú no, y viceversa. 


Seguramente compartirán ciertos conocimientos, como reconocer caras y algunos objetos. Pero otras creencias y deseos no serán los mismos. A ti te pueden gustar más las morenas y a tu amigo las rubias. O si tu amiga es un especialista en arqueología podría reconocer un pan petrificado donde tu sólo ves una piedra. O incluso diferirán en asuntos más triviales, quizá su vista es mucho más aguda de la tuya. Así que no importa si tomas su lugar, todavía no sabrías cómo percibe las cosas esa persona. 


Nagel: “cada fenómeno subjetivo está esencialmente conectado con un punto de vista singular, y parece inevitable que una teoría objetiva, abandonará tal punto de vista” 


¿Cómo podríamos saber cómo es ser un murciélago? Aunque también son mamíferos, los murciélagos son tan diferentes a nosotros que es difícil pensar cómo sería vivir en cuevas, dormír de cabeza o tener alas. Pero supongamos que lo logramos. ¿Podríamos saber como es ser un murciélago? No, porque los límites de nuestro conocimiento o imaginación chocan contra lo que Nagel llama ‘el carácter subjetivo de la experiencia’.  La experiencia subjetiva sólo le pertenece a la persona o criatura que la tiene, y no puede compartirse ni la puede tener nadie más. Un médico puede entender tu dolor, un físico podría describir lo que sucede en cuando te quemas la mano, o un neurólogo saber lo qué pasa en tu sistema nervioso, alguno de los tres podría poner su mano en el fuego también, pero ninguno de los tres sentirá ni hablará de tu dolor. Porque tu dolor es una experiencia que sólo te pertenece a ti. 


Esto podría parecerte obvio. Casi todos asumimos que nadie puede ni podría acceder a nuestra consciencia. Pero si te tomas seriamente esta tesis la consecuencia no es trivial: implica que la consciencia no podrá estudiarse nunca científicamente. . Esto porque la ciencia busca un conocimiento objetivo de las cosas, lo que implica al menos intentar dar una caracterización del mundo que no este sesgada por puntos de vista particulares. Pero si la consciencia implica hablar de cómo se perciben las cosas desde un punto de vista subjetivo, un lugar y una circunstancia exclusiva, específica inaccesible; entonces se sigue que la ciencia nunca podrá darnos datos objetivos de cómo es tener una experiencia subjetiva particular. En otras palabras: la ciencia jamás podrá decirnos  algo sobre cómo es estar consciente. 


Consideremos otros problemas importantes para la ciencia, como el origen del universo o la vida. Estos problemas son muy difíciles, pero al menos podría tratarse sólo en términos físicos elementales, con la intención de desechar los puntos de vista particulares sobre el asunto. Pero no puedes hacer eso con la conciencia, porque ésta siempre implica pensar sobre un punto de vista particular, una experiencia subjetiva de cómo es tener esa mente que no es reducible a otra cosa. 


¿Cómo podríamos buscar un punto de vista objetivo sobre algo que necesariamente implica un punto de vista subjetivo? La pregunta ni siquiera tiene sentido, de acuerdo con Nagel. La consciencia siempre será un misterio. 


Recapitulemos: si el fisicalismo es correcto, entonces la consciencia -como cualquier fenómeno de la naturaleza - podría explicarse si entendemos la materia y sus relaciones causales. Pero tener conciencia es tener un carácter subjetivo de la experiencia. Y el carácter subjetivo parece ser el producto de un punto de vista exclusivo. Dado que las teorías científicas aspiran a desechar las explicaciones que están conectadas a puntos de vista particulares - entonces es imposible que la ciencia pueda explicar la consciencia, al menos cómo se siente tenerla. Por lo tanto, no puede haber teorías científicas correctas sobre la consciencia. Por lo tanto, el fisicalismo es falso. 


¿Qué te parece? Si no estás de acuerdo ,una alternativa es sostener que la consciencia no existe y que la ciencia lo podría demostrar. Te dejamos un video sobre ello aquí en la esquina superior derecha.


Dinos que piensas¿Crees que podremos explicar la consciencia algún día? 


Cuestionario 1:




1. ¿Según el autor, por qué la pregunta "¿Cómo sería ser un río o un bambú?" no tiene sentido en la filosofía occidental?



2. ¿En qué consiste el problema difícil de la consciencia, según Thomas Nagel?



3. ¿Cómo compara el autor la pregunta "¿Cómo sería ser un murciélago?" con la pregunta sobre ser un río o un bambú?

 

4. ¿Qué argumenta Thomas Nagel respecto a la ecolocalización de los murciélagos?



5. ¿Cuál es la principal conclusión del autor sobre la posibilidad de conocer la experiencia subjetiva de un murciélago?

  

6. ¿Por qué el autor afirma que la consciencia no podrá estudiarse científicamente?



7. ¿Cuál es la diferencia clave entre la experiencia subjetiva y los datos objetivos, según Nagel?

  

8. ¿Cuál es el argumento central del autor contra el fisicalismo?

 
9. ¿Cómo caracteriza el autor la consciencia en relación con el punto de vista subjetivo?


10. ¿Cuál es la principal pregunta que el autor plantea al final del texto?

   


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