Filosofía de la ciencia y autoconciencia de límites
La Estructura de las Revoluciones Científicas es un libro clásico en la filosofía de la Ciencia. En el prefacio, Tomas Kuhn nos da varias pistas, algunas anecdóticas, para guiarnos en la lectura de su obra que vale la pena resaltar.
Kuhn admite que su tratamiento de las implicaciones filosóficas de su enfoque histórico es limitado. Aunque menciona y documenta algunos puntos relevantes, evita discutir en detalle las distintas posturas filosóficas contemporáneas. Su escepticismo está más dirigido a actitudes filosóficas generales que a posiciones específicas plenamente desarrolladas. A quienes se sientan no representados en su crítica, les advierte que el ensayo no busca convencerlos, y que hacerlo requeriría un libro distinto y más extenso.
Thomas S. Kuhn narra en el prefacio el recorrido intelectual que lo llevó a escribir La estructura de las revoluciones científicas. Su tránsito comenzó mientras era estudiante de física, cuando un curso sobre la historia de la ciencia minó sus ideas previas sobre cómo funciona el conocimiento científico. Influido por autores como Koyré, Fleck, Piaget y Whorf, y estimulado por su libertad como becario, Kuhn comenzó a ver la ciencia no como una acumulación lineal de hechos, sino como un proceso discontinuo, marcado por crisis y revoluciones paradigmáticas.
ORIGEN DE LA OBRA
En el prefacio, Kuhn relata el origen personal y académico del ensayo que el lector tiene en sus manos. Comenta que el proyecto comenzó casi quince años antes, cuando aún era estudiante de doctorado en física teórica. Su acercamiento a la historia de la ciencia fue accidental: participó en un curso de física para no científicos, lo que lo obligó a revisar teorías científicas ya obsoletas.
Este contacto inesperado con ideas pasadas lo llevó a cuestionar profundamente sus propias concepciones sobre la ciencia, concepciones que había heredado tanto de su formación científica como de su interés previo por la filosofía de la ciencia. Aunque esas concepciones tradicionales eran útiles y aparentemente plausibles, no se ajustaban bien a lo que revelaba el estudio histórico de la ciencia.
De la física a la historia, y de la historia a la filosofía
Esta disonancia entre la historia real del desarrollo científico y las ideas establecidas sobre cómo progresa la ciencia lo impulsó a cambiar de rumbo: dejó la física para dedicarse a la historia de la ciencia y, con el tiempo, regresó a las preocupaciones filosóficas que siempre lo habían interesado. Este ensayo, más allá de su contenido analítico, es también —según él mismo— un intento de explicar cómo y por qué abandonó la física para dedicarse a comprender la ciencia desde una perspectiva histórica y filosófica.
Kuhn relata que pudo comenzar a desarrollar con mayor profundidad las ideas centrales del ensayo gracias a una beca de tres años como Junior Fellow en la Society of Fellows de Harvard. Este periodo de libertad intelectual le permitió hacer una transición efectiva desde la física hacia nuevos campos de estudio. En ese tiempo, dedicó parte de sus esfuerzos al estudio riguroso de la historia de la ciencia, profundizando especialmente en los trabajos de Alexandre Koyré, Émile Meyerson, Hélène Metzger y Anneliese Maier. Estos autores le mostraron con claridad cómo era el pensamiento científico en épocas donde los criterios de racionalidad eran muy distintos a los actuales. También destaca la influencia de A. O. Lovejoy y su obra La gran cadena del ser.
Sin embargo, buena parte de su investigación durante esos años se dirigió hacia áreas en apariencia ajenas a la historia de la ciencia, pero que —según él— compartían problemas similares. Menciona entre sus influencias más significativas:
-
Koyré, Meyerson y Metzger, que mostraron cómo el pensamiento científico del pasado tenía lógicas muy distintas a las actuales, lo que convenció a Kuhn de que la racionalidad científica cambia con el tiempo.
-
Piaget, con sus estudios sobre cómo los niños cambian de un modo de pensar a otro, le dio un modelo psicológico para entender las transiciones de un paradigma a otro como procesos de “reaprendizaje cognitivo”.
-
La psicología de la Gestalt, que enseñaba que percibimos el mundo en estructuras y no en fragmentos aislados, inspiró a Kuhn a pensar que los científicos también perciben los datos bajo “configuraciones” dictadas por un paradigma.
-
Whorf, con la idea de que el lenguaje moldea nuestra visión de la realidad, reforzó en Kuhn la noción de que la ciencia no solo describe, sino que organiza el mundo a través de marcos conceptuales compartidos.
Y sobre todo, Ludwik Fleck, cuyo libro La génesis y desarrollo de un hecho científico (1953) anticipaba muchas ideas kuhnianas sobre cómo las comunidades científicas construyen los hechos; le mostró que la ciencia es una actividad social y colectiva, no solo individual.
Además, la obra de Kuhn tamibén está inspirada en la obra del filósofo W.V.O Quine.
. ¿Qué decía Quine?
En 1951 Quine publicó su famoso ensayo “Dos dogmas del empirismo”, donde criticaba dos ideas centrales del empirismo lógico:
-
La distinción entre enunciados analíticos (verdaderos por significado) y sintéticos (verdaderos por experiencia).
-
La idea de que toda proposición puede ponerse a prueba de manera aislada mediante la experiencia.
Para Quine:
-
No comprobamos teorías en trozos, sino como totalidades interconectadas (holismo confirmacional).
-
La evidencia empírica nunca “golpea” a una sola hipótesis aislada, sino a un sistema completo de creencias.
-
Como resultado, siempre es posible reajustar el sistema: frente a un experimento que contradice, podemos culpar a la teoría, a las condiciones iniciales, al aparato, etc.
¿Qué toma Kuhn de Quine?
Kuhn absorbe esa crítica y la lleva a la historia de la ciencia:
-
Para él, los paradigmas funcionan como marcos globales de creencias y prácticas, no como un conjunto de reglas aisladas.
-
Una anomalía no refuta directamente un enunciado aislado, porque la comunidad puede siempre ajustar otra parte del sistema.
-
Por eso las anomalías recalcitrantes son peligrosas: porque acumulan tensiones hasta que ya no basta con ajustes locales y se exige un cambio de paradigma completo.
En otras palabras: Kuhn historizó y radicalizó el holismo de Quine.
Aunque en su ensayo no aparecen muchas referencias explícitas a estas influencias, Kuhn reconoce que su deuda intelectual con ellas es profunda y decisiva.
Primeras pruebas, contexto institucional y consolidación del enfoque
Kuhn relata que pudo poner a prueba sus ideas incipientes gracias a una invitación para impartir conferencias en el Instituto Lowell de Boston durante su último año como Junior Fellow. Allí, en contacto con científicos sociales, notó una diferencia fundamental respecto a las ciencias naturales: en las ciencias sociales abundaban los desacuerdos explícitos sobre métodos y problemas legítimos, mientras que en física, química o biología, tales controversias fundamentales eran mucho menos visibles.
Este contraste lo llevó a preguntarse por qué las ciencias naturales mostraban mayor cohesión interna, y la búsqueda de una respuesta lo condujo al concepto de "paradigma", entendido como un logro científico ampliamente aceptado que guía durante cierto tiempo la práctica investigadora de una comunidad científica. Una vez descubierto este concepto clave, el resto del ensayo comenzó a tomar forma rápidamente.
Redacción, publicación y limitaciones del ensayo
Inicialmente, el ensayo fue concebido como parte de la Encyclopedia of Unified Science, lo cual impuso serias limitaciones de espacio y formato.
Kuhn justifica esta forma provisional como una ventaja: al buscar provocar una reorientación en la forma de pensar sobre la ciencia, una exposición condensada puede resultar más sugerente y accesible para quienes ya están predispuestos a ese cambio de perspectiva.
Perspectivas de expansión y líneas de investigación futuras
Kuhn admite que dejó fuera muchas evidencias históricas, tanto de las ciencias físicas como biológicas, y que futuras versiones deberán ampliarlas. Además, propone varias líneas prometedoras de investigación histórica y sociológica, como:
- El estudio de cómo emergen las anomalías y generan crisis en las comunidades científicas.
- La investigación sobre cómo las revoluciones científicas reconfiguran la historia que esas mismas comunidades cuentan sobre sí mismas.
La posibilidad de detectar revoluciones científicas mediante cambios en los patrones de citación bibliográfica en los textos técnicos tras una revolución.
Limitaciones del ensayo y problemas pendientes
Kuhn reconoce que la condensación exigida por el formato del ensayo lo obligó a posponer o simplificar discusiones importantes. Un ejemplo es la distinción entre etapas pre-paradigmáticas y paradigmáticas: en realidad, incluso en las fases tempranas del desarrollo científico ya existen estructuras conceptuales similares a paradigmas, y en algunos casos excepcionales pueden coexistir varios paradigmas incluso en etapas avanzadas.
Comentarios
Publicar un comentario