6.3 Epistemología. Virtudes epistémicas, el sexador de pollos




Virtue Epistemology and the Internalism/Externalism Distinction

Tras analizar los límites del confiabilismo (o fiabilismo), Pritchard señala que incluso en su versión refinada —la epistemología de la virtud— surgen nuevas tensiones. El problema principal es que este enfoque parece volver demasiado fácil el acceso al conocimiento: basta con tener una facultad confiable que produzca creencias verdaderas.

Para ilustrarlo, Pritchard recurre al famoso caso del chicken-sexer (sexador de pollos). Este sujeto ha desarrollado, por exposición y práctica, una capacidad confiable para distinguir entre pollos machos y hembras. 

Sin embargo, no sabe cómo lo logra: cree que lo hace observando la forma o textura de los pollos, cuando en realidad su discriminación se basa inconscientemente en el olor. Además, no tiene evidencia que le confirme que su habilidad es fiable.

Aquí el conflicto entre dos visiones opuestas del conocimiento:

  1. El externista epistémico —como el confiabilista o el defensor de la versión más minimalista de la epistemología de la virtud— afirmará que el chicken-sexer sí tiene conocimiento: su creencia es verdadera y se origina en una facultad cognitiva confiable. Su éxito no es cuestión de suerte, sino fruto de una capacidad estable que tiende hacia la verdad.

  2. El internalista epistémico sostendrá lo contrario: no hay conocimiento sin evidencia ni justificación interna. Aunque el sujeto acierte, lo hace “a ciegas”; carece de razones que respalden su creencia o de conciencia sobre la fiabilidad de su método. Desde esta perspectiva, la creencia es irresponsable, y por tanto no puede contar como conocimiento.

Este desacuerdo refleja un conflicto de intuiciones sobre lo que debe considerarse esencial en el conocimiento:

  • ¿Basta con que la creencia sea verdadera y formada de manera confiable (factores externos)?

  • ¿O es necesario que el sujeto sea consciente de por qué su creencia es fiable (factores internos)?

Pritchard observa que este debate retoma una cuestión planteada en capítulos anteriores sobre la racionalidad epistémica: el vínculo entre racionalidad y responsabilidad epistémica

Los internalistas mantienen que una creencia racional requiere haber sido formada responsablemente, con buenas razones y evidencia accesible. Los externalistas, en cambio, sostienen que puede haber conocimiento incluso cuando el agente carece de tales fundamentos, siempre que su proceso cognitivo sea efectivamente fiable.

En el marco de la epistemología de la virtud, esta tensión se traduce en dos versiones distintas:

  • La epistemología de la virtud externalista (afin al  confiabilismo), que considera suficiente el uso adecuado de una facultad cognitiva confiable, como la vista o la memoria.

  • La epistemología de la virtud internalista, que además exige la aplicación consciente de virtudes epistémicas —como la diligencia, la atención a la evidencia y la honestidad intelectual—, asegurando así que el agente tenga buenas razones para sus creencias.

Según esta última versión, el chicken-sexer no posee conocimiento, porque aunque su facultad sea fiable, no está ejerciendo virtuosamente su racionalidad epistémica: no ha buscado confirmar su fiabilidad, ni se pregunta por las bases de su acierto.

Pritchard concluye señalando que, aunque estas dos versiones discrepan en casos límite como el del chicken-sexer, en la mayoría de los casos de conocimiento ordinario convergen, ya que nuestras creencias suelen provenir tanto de facultades confiables como de virtudes epistémicas activas.


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