Quine contra Aristóteles (1.1): ¿Esencia o sinonimia? ¿cosas o palabras?

 

Esencia se modernizó en significado

Quine está rastrea el origen del concepto de “significación” o “intensión” (en inglés intension, con “s”) que la filosofía moderna usa para explicar el significado de los términos.

Dice que esta noción viene de la idea aristotélica de “esencia”.

En Aristóteles cada cosa tiene una esencia, es decir, lo que la hace ser lo que es (por ejemplo, la racionalidad en el hombre).

Tiene también atributos accidentales, que pueden cambiar sin que la cosa deje de ser lo que es (por ejemplo, ser bípedo o tener barba).

Pero Quine observa algo importante: En la teoría moderna de la significación, estas diferencias no se aplican a las cosas, sino al lenguaje. Ya no decimos que las cosas tienen esencia, sino que las palabras tienen significación.

2. Ejemplos

Quine pone el ejemplo para mostrar la diferencia:

  • Para Aristóteles, “ser racional” es esencial al hombre, “ser bípedo” es accidental.

  • Para la teoría moderna del significado, eso no tiene sentido aplicado al individuo, porque el problema ya no es metafísico sino lingüístico.

En lenguaje moderno:

  • Decimos que “racionalidad” forma parte de la significación del término “hombre”, pero no de “bípedo”.

  • Y que “tener dos piernas” forma parte de la significación del término “bípedo”, pero no de “hombre” (aunque en el mundo real casi todo hombre es bípedo).

Por tanto, ya no tiene sentido decir que para una persona concreta su racionalidad es esencial pero su bipedestación accidental. Eso sólo tenía sentido si hablábamos de esencias reales, no de palabras.

3. La transformación semántica

En la primera parte de Dos Dogmas del Empirismo Quine introduce una frase muy potente:

“Las cosas, según Aristóteles, tienen esencia; pero sólo las formas lingüísticas tienen significación.”

Esto significa que: (a) La esencia es una categoría ontológica (propia de las cosas). (b) La significación es una categoría semántica (propia del lenguaje).

Y de ahí deriva la conclusión central de Quine: la significación es lo que la esencia se convierte cuando se separa del objeto y se adscribe a la palabra.

En otras palabras, la noción moderna de “significado” es una versión lingüística de la esencia aristotélica: algo que ya no pertenece a las cosas, sino a los nombres.

 4. La herencia problemática de Aristóteles

Quine está preparando su crítica: si entendemos el significado como una especie de “esencia lingüística” (una entidad intermedia entre la palabra y el mundo), caemos en los mismos errores metafísicos que Aristóteles, sólo que ahora disfrazados de semántica.

Y pregunta:

¿Qué clase de cosa es una “significación”? ¿Existe realmente algo en el mundo que sea “la significación” de una palabra?

Tradicionalmente —dice Quine— se pensó que sí: que las significaciones eran entidades mentales o abstractas (ideas, conceptos, universales). Pero eso se debe a una confusión entre referencia (lo que una palabra nombra) y significación (el sentido o modo de presentar lo nombrado).

5. La propuesta de Quine

Quine propone un giro: Una vez que entendemos que “referir” y “significar” son cosas distintas, ya no necesitamos suponer que las significaciones sean entidades reales o mentales.

Podemos decir, de manera más sobria:

La teoría de la significación no trata de “cosas” llamadas significados, sino de relaciones de sinonimia entre formas lingüísticas y de analiticidad en los enunciados.

Es decir, en lugar de postular un “significado” como algo misterioso que está entre la palabra y la cosa, podemos hablar solo de cómo ciertas palabras son sinónimas entre sí y cómo ciertos enunciados son analíticos.

Y ahí, de paso, elimina la necesidad de entidades intermedias (como “significados”, “contenidos”, “ideas”), lo cual será clave en su crítica al primer dogma.

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